Antes de nada me presentaré: soy el dueño de la empresa “De la huerta a la nevera” con sede en Madrid y página web “delahuertaalanevera.com” desde donde vendemos nuestros productos, principalmente neveras que generan automáticamente los alimentos.
Le escribo por este medio al sorprenderme ver que dispone del “Tomateitor 2000”, uno de los primeros modelos de nevera que generaba los alimentos.
El “Tomateitor 2000” era una nevera con acceso a internet y con nuestra tecnología de duplicación de alimentos que permitía, con pulsar solo una tecla, disponer de los alimentos seleccionados en la pantalla. Este proceso utilizaba una cantidad de componentes que se extraían de los cartuchos de átomos que se vendían por separado, como en las impresoras.
Bien es cierto que los primeros modelos no producían alimentos con buen sabor, como los de la huerta, como usted bien dice, pero permitió abaratar la creación de estos a casi la gratuidad. También permitió reducir la contaminación de las ciudades al reducirse el transporte de los alimentos. Recibimos las felicitaciones de Naciones Unidas por mejorar la calidad de vida de millones de ciudadanos del tercer mundo que tenían problemas de mal nutrición; con nuestros aparatos conseguimos que el nivel de vida de estas personas mejorase muy rápidamente. Puede ver como los niños que hace unos años habrían muerto de desnutrición, hoy juegan felizmente al lado de sus madres.
Los primeros modelos también provocaron una crisis en la agricultura: nuestros clientes, al dejar de comprar en las tiendas alimentos cultivados en las huertas, muchas de estas fueron abandonadas, las tierras de labranza se dejaron de cultivar y se perdieron millones de empleos. Pero esto siempre ha ocurrido: con la Revolución Industrial las máquinas sustituyeron a los humanos en prácticamente todas las tareas repetitivas, también causo una gran crisis, incluso hubo un movimiento que exigía la destrucción de esas máquinas que les quitaban el trabajo. Años después lo que ocurrió fue sorprendente, los mismos trabajadores que fueron despedidos a causa de las máquinas, ahora serían contratados para mantener, controlar y reparar esas mismas máquinas. Dejaron de ser mano de obra barata para convertirse en mano de obra cualificada, y se creó un nuevo sector empresarial: creación, mantenimiento y reparación de máquinas herramienta.
Con la agricultura ocurrió algo parecido, y aquí le respondo a su pregunta “¿Y el verdulero?”, ahora trabaja para nosotros en atención al cliente: asesora a nuestra clientela sobre los alimentos que desean crear en sus neveras y se comunica habitualmente con nuestro departamento de investigación y desarrollo de nuevos alimentos. Es te departamento está compuesto principalmente por científicos que desarrollan las “recetas” que se envían a su nevera mensualmente con cada actualización del sistema.
Pero se preguntará ¿Qué ocurrió con los horticultores?, pues también trabajan con nosotros en el departamento de calidad, son nuestros catadores. El objetivo de este departamento es conseguir que el alimento tenga el sabor más cercano al que se cultivaría en una huerta.
¿Y los transportistas? Transportan nuestras neveras.
¿Y las tiendas de alimentos? Venden nuestras neveras.
También igual que ocurrió en la Revolución Industrial se ha creado un nuevo sector empresarial: creación (nosotros y nuestra competencia), mantenimiento y reparación de equipos de duplicidad de alimentos.
Pero aunque algunos pensaban que nuestros productos harían desaparecer la agricultura, no ha sido así. Muchos agricultores han desaparecido es cierto, pero ha sobrevivido la agricultura natural sin pesticidas ni productos químicos para el cultivo de alimentos. Existe un mercado muy amplio en este sentido, incluso se empiezan a ver tiendas que solo ofrecen estos alimentos.
Actualmente estamos en conversaciones con Zarpa, una empresa de ropa, para desarrollar el armario generador de ropa. Permitirá una rebaja sustancial en el precio de la ropa (excepto los cartuchos de átomos que se deberán comprar), pero el cliente dispondrá de una gran gama de vestidos, trajes, conjuntos, complementos, etc, que podrá vestir.
Espero que esta información le sea de ayuda y le pido que si tiene un momento se ponga en contacto con el departamento de atención al cliente para que le ayudemos a actualizar su nevera y no vuelva a tener esos problemas con el sabor de los alimentos.
Un saludo.
PD: También comenta que pulsando un botón puede pintar las paredes de su casa. Veo que dispone de paredes inteligentes como las que se muestran en algunos videos de YouTube. ¡Es usted un afortunado! Aunque debería llamar al técnico para que revise su equipo no es normal que haga ronchones. Yo dispongo de ese mismo modelo en mi casa y es una gozada, le recomiendo que actualice su software a la última versión ya que dispone de mejoras como la posibilidad de mostrar video en la pared (una película, por ejemplo, es como si estuviera dentro de ella).
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Bueno, todo esto solo es fantasía, aunque ojalá algún día dispongamos de esas neveras o de esos armarios. Hoy no podemos duplicar objetos físicos, de momento, pero sí duplicar los bits, ¿Porqué no deberíamos usar la tecnología que tenemos a nuestra disposición? ¿Qué perjudica a las industrias? Claro que sí, pero al igual que le sucedió a los horticultores de más arriba deben adaptarse y comprender que el mundo a cambiado. Durante los últimos once años esa industria que usted protege se ha dedicado a demandar a todo ser vivo con ojos y orejas por duplicar bits, pero ¿Qué han hecho para que la gente duplique esos bits pagando? Nada, no han hecho nada.
Estoy de acuerdo con usted y con Alejandro Sanz, Miguel Bosé, incluso con Ramoncín, cuando hablan de que los derechos de los autores deben ser protegidos, totalmente de acuerdo, pero lo que no se puede hacer es que todos los ciudadanos de este país perdamos el derecho a tener un juicio justo para proteger a los autores. ¿Por qué no han creado ya plataformas de venta de contenidos a través de internet? ¿A qué esperan? ¿A que salga una ley que les beneficie y perjudique al resto de ciudadanos? Lo único que conseguirán es que si nosotros perdemos unos pocos de nuestros derechos para proteger los suyos, no ganaremos ningún derecho y los perderemos todos.
Un saludo
José Miguel Gil Córdoba
Artículo de opinión de Javier Bardem El botón mágico